Desde la dictadura cívico-militar que gobernó entre 1973-1990 y los sucesivos gobiernos democráticos, sistemáticamente la educación pública en Chile ha sido privatizada o hecha desaparecer. Se cierran escuelas y liceos municipales, abriendo paso al lucrativo negocio de establecimientos particulares de educación, en manos de empresarios que utilizan dineros de todos los chilenos, a través de subvenciones que les otorga el Estado.